martes, 29 de abril de 2008

EL DESTINO DEL HOMBRE


Quiero dejar en este blog algo que lei y que me parecio la perfecta descripcion de nuestros deseos y nuestras obligaciones como receptores del poder del albedrio y el destino.

Shakespeare, en torno del destino, dio su opinión muy acertada por cierto, bien profunda y libre de complicadas y vanas palabras. Decía que lo que el hombre llama destino es algo misterioso que baraja las cartas, pero que somos nosotros quienes jugamos. De nada servirá a quien carece de fe, voluntad, deseo de esfuerzo y cierta imaginación, que la vida le conceda circunstancias favorables. Puede suceder, como se advierte con frecuencia, que aquello que se posee (sea de orden material o no) se pierda por no jugar bien. El viento a favor no lleva a ninguna parte al navío cuyo capitán ni sabe hacia dónde quiere ir, ni conoce como desplegar el velamen.

   —Chesterton sostenía algo parecido a lo de Shakespeare: "siempre se ha sostenido que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído, también, que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción".